Para empezar una buena presentación, hay que comenzar eligiendo una variedad de embutidos y acompañamientos que ofrezcan diversidad en el sabor y la textura. Te aconsejamos elegir una combinación de embutidos curados, secos y frescos, como pueden ser el salchichón, el chorizo, el jamón serrano o el salami.
Una vez decidido los embutidos principales, debes acompañarlos con una selección de quesos como podrían ser el queso manchego, el brie o el gouda. También puedes acompañar estos quesos y embutidos con frutas frescas como las uvas, los higos o pequeñas rodajas de manzana, incluso con frutos secos y distintos tipos de panes.
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